Cuperosis y láser vascular
Angiomas o puntos rubí
Los angiomas, también conocidos como angiomas seniles, puntos rubí o hemangiomas capilares, son tumores vasculares benignos que pueden llegar a tener un impacto estético importante.
Se componen de pequeños vasos dilatados que aparecen sobre la piel con un tamaño que va desde 1 milímetro hasta 5 o 6 milímetros. Los de mayor tamaño pueden llegar a sangrar con facilidad, sobre todo con el roce o en contacto con prendas de ropa.
Preguntas frecuentes
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Estos “lunares rojos” aparecen tanto en hombres como en mujeres a partir de la adolescencia, aunque es más frecuente observarlos a partir de los 30 o 40 años. A partir de este momento, aumentan en número y tamaño con el paso de los años. Se desconoce su causa exacta, aunque parece existir un componente hormonal asociado (por este motivo aparecen de forma más acusada durante los embarazos), aunque también se asocian a otras enfermedades como el síndrome de POEMS.
El diagnóstico de las lesiones de la piel debe realizarlas el dermatólogo. Los angiomas pueden diagnosticarse con facilidad mediante la inspección de la piel, aunque podemos recurrir a la dermatoscopia ante casos dudosos. Raramente se requiere una biopsia para confirmar el diagnóstico.
El tratamiento de los angiomas no es imprescindible, aunque las lesiones de gran tamaño, que sangran de forma recurrente o que están situadas en zonas de roce sí pueden requerir su exéresis o eliminación. Existen distintos métodos entre los que encontramos la cirugía, la electrocirugía (mediante bisturí eléctrico), láseres ablativos como el CO2, láser decolorante pulsado, luz pulsada, o láser vascular de 1064nm. Los láseres y dispositivos lumínicos suelen relacionarse con un mejor resultado estético.
Una sola sesión suele ser necesaria para conseguir la eliminación de la mayoría de angiomas. Los pacientes con múltiples lesiones o con angiomas muy pequeños pueden requerir múltiples sesiones. Dado que son lesiones que irán apareciendo con el paso del tiempo, habitualmente se recomiendan nuevas sesiones pasado meses o años.
En función de la técnica seleccionada para eliminar los angiomas, podemos notar más o menos molestias durante el procedimiento. El tratamiento habitualmente se realiza sin anestesia tópica o local, aunque es aconsejable en lesiones de gran tamaño. Se trata de un procedimiento muy bien tolerado habitualmente.
Se recomienda evitar la exposición solar las semanas previas y posteriores al tratamiento para minimizar el riesgo de hiperpigmentación postinflamatoria. Puede ser necesaria la aplicación de algún antiséptico o bien de cremas o pomadas reparadoras tras el procedimiento, y la higiene diaria con agua y jabón para mantener limpia la zona tratada.
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